Se cierra el Congreso de Tucumán que ya jurado solemnemente la independencia y se había promulgado a defenderla solemnemente, para instalarse en Buenos Aires y así seguir sesionando, esto se da en pleno gobierno del Director Supremo Juan Martín de Pueyrredón, y el motivo era para estar más cerca de este y alejarse del enemigo, es decir de los españoles.
El congreso reanudó sus actividades el 12 de mayo de ese mismo año.