Se sanciona la Constitución Argentina de 1826, ya con Rivadavia como Jefe de Estado no constitucional desde Febrero de ese año, donde se proclamaba buscar un sistema que sea representativo y republicano, y que el Gobierno se consolide basándose en la división de poderes, similar a la que tenemos hoy en día.

Este Congreso Constituyente había sido convocado unos años antes en 1824 por la legislatura porteña, sancionando una ley el 27 de febrero de 1824 por la cual el gobierno de Buenos Aires convocaba a todos los pueblos de la Unión a fin de reunir lo mas pronto posible representación nacional, a lo cual fueron consultadas las Provincias, principalmente en razón de que forma de gobierno pretendían adoptar, es decir si querían ser Federales o Unitarios, diferentes sistemas para organizar el camino que tomaría el Estado Argentino.

Una cierta mayoría se pronunció por el sistema federal como ser Córdoba, Santa Fe, Mendoza, San Juan, Santiago del Estero, Tarija y Entre Ríos, mientras que Tucumán, Salta y La Rioja lo hicieron a favor de un sistema unitario. Las 6 Provincias restantes prefirieron mantenerse al margen de la disputa, de la siguiente forma: Corrientes, Catamarca, San Luis y la Banda Oriental se proclamaron en acuerdo a lo que el Congreso decidiese, mientras que Buenos Aires y Misiones se abstuvieron emitir su voto.

En este congreso del año 1821 se arribó a una Constitución Unitaria, tomando como base la Constitución de 1819, y así se de estaba forma quedaba enfatizado nuevamente el poder político de Buenos Aires, ya que allí se conglomeraban las decisiones, a la vez que la economía pasaba también en su totalidad por la hegemonía porteña, y de esta forma no quedaban representadas las autonomías del resto de las Provincias. No era de esperar otro resultado mirando el entorno en que se encontraba la sociedad sumida, en medio de una Guerra Civil con características netamente unitarias.