La media tarde del 20 de diciembre marcó el punto final para el tiempo de la Alianza en el gobierno argentino. Fernando De la Rúa presentaba su renuncia superado por la crisis y sin poder resolver los problemas que llevaron al país a una histórica protesta que brotó por todo el territorio. De la Rúa se iba con el poder reducido a su mínima expresión y a menos de 24 horas de la renuncia del ministro Domingo Cavallo.
El peronismo volvería al poder de manera interina luego de una acefalía presidencial que obligaría a la reunión de una Asamblea Legislativa. Más tarde esta determinaría quién debía continuar ejerciendo el cargo, y así fue que se sucedieron Ramón Puerta, Adolfo Rodríguez Saá, Eduardo Camaño y finalmente Eduardo Duhalde, siendo este último quien luego gobernaría hasta el 2003.