Jóven de la aristocracia porteña, amiga íntima de Manuelita la hija de Rosas, María Camila como era su nombre completo, de raices irlandesas, era considerada símbolo de la sociedad jóven y educada de Buenos Aires por aquella época, y fue a los 18 años de edad protagonizaría un escándalo de grandes dimensiones, que se hizo público e involucró al párroco de la iglesia donde ella concurría, el sacerdote jesuíta Ladislao Gutiérrez, oriundo de Tucumán.

Ambos se enamoraron, y huyeron juntos a caballo en dirección al norte, asentándose en la localidad de Goya, en la Provincia de Corrientes, territorio que estaba gobernado por opositores a Rosas, a lo cual al momento de conocerse la aventura se dijeron varias cosas en torno a la utilización de la oposición de estos hechos. Acusaron a Rosas de haber permitido esta situación, y todo esto llevó a que sean capturados los enamorados y se los traslade a Buenos Aires nuevamente para ser juzgados.

Ante la acusación de la mala reputación de Camila vinculada a la comunidad irlandesa y lo mismo hacia Gutierrez de haber violado los votos de castidad, es así que se los condena a la pena de muerte y se los fusila a ambos en la mañana del 18 de Agosto.