Explota en la ciudad cordobesa de Río Tercero una fábrica de armamento militar donde hubo que lamentar 7 personas muertas y más de 300 heridos, con infinidad de casas destruídas y dañadas, donde quedó toda la ciudad tristemente maquillada con municiones de guerra y esquirlas propias de las tremendas explosiones del polvorín.

En un principio, desde toda la cúpula del Ejecutivo Nacional, comenzando por el reelecto presidente Carlos Saúl Menem, se puso todo el esfuerzo en proclamar el fatal hecho como un accidente, pero luego se vincularía fuertemente a las escandalosas ventas ilegales de armas a Ecuador y Croacia, avaladas e impulsadas por decretos del mismísimo Menem, donde después de varios años de juicio y una causa dormida por más de una década, entre 2011 y los años 2013 y 2014, se sucedieron unas serie de sentencias, revocaciones y viceversa, donde dictaron sendas penas a todos los involucrados en la venta ilegal de armas, empezando por el ex presidente Carlos Menem, el que fuera su Ministro de Defensa en aquel entonces Oscar Camillión, otros funcionarios políticos de aquella época y diversos traficantes de armas, con una estimación del tráfico de 6500 toneladas entre armas y municiones.

En el año 2003, luego de testigos desaparecidos, declaraciones interrumpidas, personal involucrado "suicidado", un grupo de ingenieros llamados a la causa como peritos oficiales concluyeron de manera determinante que el hecho de la explosión en la Fábrica Militar de Río Tercero del año 1995 se trató de un atentado mediante explosiones que fueron debidamente programadas y coordinadas por expertos en explosivos.